DEVOCIONAL
ÉL TE ESPERA
Josué 7: 12-13
12 Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
13 Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros.
Si sigues perseverando en tu pecado, tarde o temprano te va a destruir, Dios no quiere que eso suceda, por eso envió a su hijo al mundo a darnos salvación. No menosprecies el sacrificio que Jesús hizo en la cruz por ti, es necesario que mueras a tu carne y le entregues tu corazón a Él, permitele que te cambie, no endzcas tu corazón, no te resistas ante su poder transformador.
Sin Dios en nuestras vidas estamos completamente perdidos, de nada nos sirve tener todo el dinero del mundo, la mejor ropa o el mejor celular, todo eso es pasajero y se acaba, pero el que permanece en Dios y en su palabra permanece para siempre y ver la vida eterna.
Dios nunca se aleja de nosotros, al contrario, nosotros somos los que nos alejamos de Él, no dejes que el mundo te atrape, porque nada de lo que hay aquí puede llenarte como Él lo hace. No te dejes llevar por lo que los demás hacen, cuida tu salvación, y si, puede que te llamen loco o que se burlen de ti por no ser como ellos, pero no te preocupes, hay un gran premio esperándote, un premio que no se compara ni tantito con los placeres del mundo.
El amor de Dios nunca deja de ser, así que no importa que tan lejos hayas ido, Él siempre estará esperando por ti. ¡No te rindas! tal vez te sientes indigno de acercarte a su presencia, o sientes que el evangelio no es para ti, quizás estás frustrado porque no puedes dejar de pecar, pero déjame decirte que hay alguien que te entiende en todas tus debilidades y es Jesús, él también fue humano, fue tentado, así como tú y yo, pero ¿sabes?, él nunca pecó, él tenía bien en claro la misión que su Padre le había dado. Así que acércate confiadamente ante Él, reconoce tu pecado, arrepiéntete y Él te limpiará y te restaurará. Santifícate cada día más.
Recuerda que mientras estés en la tierra, su obra en ti no ha terminado, sino que la seguirá perfeccionando hasta que Él venga.
Wow, confiando en qué el borra nuestros pecados. 🥺
ResponderEliminar