DEVOCIONAL
OBJETIVO CORRECTO. LUGAR INCORRECTO.
Filipenses 3:6 y 7
⁶en cuanto al celo por cumplir la ley, fui perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que la ley exige fui intachable.
⁷Pero todo aquello que para mí era valioso, ahora lo considero sin valor por causa de Cristo. (NBV)
El apóstol Pablo nos cuenta en estos versículos (y unos antes) cómo era su vida cuando era fariseo, nos muestra la aceptación que según el tenía de parte de Dios. Según el, era un santo y creía saber perfectamente donde encontrar a Dios.
Claro que ahora nos es fácil juzgar esa ignorancia, pero de hecho, la situación de Pablo era muy similar a lo que hoy muchos cristianos vivimos.
El hecho de que la iglesia no persiga a la gente en nombre del Señor, no significa que no busquemos a Dios en lugares o situaciones incorrectos.
Por ejemplo: podemos pensar que Dios se alegra cuando reprendemos a un hermano por algún error que haya cometido, o podemos pasar toda nuestra vida en el servicio a Dios imaginando que dejamos a Dios más que satisfecho (aunque jamás supimos que no era lo único que quería).
También existe la posibilidad de que digamos "Dios nos dijo" o algo parecido para justificar nuestras acciones, para aparentar que hicimos algo bueno.
Así no se busca a Dios. Debemos saber que Dios se puede encontrar en todos y todo, pero que solo podemos acceder a el a través de la gracia que nos ofrece.
Con esa misma gracia debemos mostrarle a los demás que Dios puede estar a una oración de distancia, en la ayuda a un necesitado de corazón, en el perdón que otorgamos, en callar en vez de dar juicio a un hermano o a cualquiera y en mucho más, pero sobre todo en el arrepentimiento.
Dios ve el corazón y la necesidad de gracia, El se puede mostrar a quien sea (no solamente a los cristianos) si ve nuestra sinceridad y transparencia cuando nos acercamos a el, y se mostrará a nosotros si lo buscamos de verdad,no importan los pecados que hayamos cometido.
Así sabremos que tan importante y valioso era que lo buscáramos desde hace tanto, y lo felices que somos cuando estamos con Dios.
Erick Daniel del Valle Hernández.
Comentarios
Publicar un comentario